domingo, 12 de septiembre de 2010

Filosofía, má importante que cualquier otra disciplina (educación real).

La filosofía, que no es otra cosa que el amor a la sabiduría (literalmente), ha sido ninguneada y atacada hasta mermarla en los actuales planes educativos de cualquier país con la habitual excusa de que "es muy teórica y poco práctica". En realidad es lo más práctico que existe, y eso es muy sencillo de explicar. Pensemos por un momento en los grandes especialistas de los Estados Unidos. ¿Para qué sirve el mejor médico del mundo si no se plantea la utilidad de su trabajo? Si carece de filosofía y se vuelve una persona "práctica", acabará vendiéndose al mejor postor y trabajando para una empresa farmacéutica elaborando nuevos productos dietéticos, por ejemplo, en lugar de investigar una cura para el cáncer. ¿Es realmente esto lo más práctico? Esto es aplicable a todos los ámbitos: un sistema político y económico más justo, un reparto equitativo de los bienes que nos proporciona el planeta, una utilización adecuada de los mismos bienes...  nada de esto (que en realidad sería lo más práctico para toda la humanidad) se producirá si los profesionales carecen de sabiduría, es decir, de filosofía, que les permita plantearse sus actuaciones en un sentido más ámplio. Seguirán siendo, por el contrario, un instrumento, con grandes conocimientos técnicos sí, pero que se aplicarán a lo que los poderosos quieran. Y serán verdaderamente ignorantes en realidad a pesar de esos conocimientos técnicos si no pueden tomar perspectivan de qué hacen y por qué. Como aparatos muy eficientes pero incapaces de pensar. 
En este sentido podemos comprobar cómo la humanidad ha ido evolucionando sólo en cuanto a tecnología pero no en cuanto a sabiduría desde hace muchos siglos. Si leemos la transcripción de una sesión del senado romano (de la Roma clásica), los discursos son de mucho mayor nivel (intelectual y en cuanto a la corrección del lenguaje) que los de cualquier senado de cualquier país actual. En España al menos, los participantes en las sesiones del congreso o el senado llegan a delatar carencias culturales aberrantes en sus expresiones, incluídos los presidentes del senado o del propio gobierno. Por supuesto, ya sabéis que el control de la educación y de la sabiduría a la que el pueblo accede es la herramienta fundamental e imprescindible para ejercer el dominio total sobre dicho pueblo. Así que, en cuanto a sabiduría real, es muy evidente que desde hace milenios no sólo no evolucionamos sino que involucionamos, y que esto no es casual sino absolutamente intencionado e interesado.

Por otra parte existe un motivo todavía más acuciante para amar la sabiduría: debemos saber, debemos tener información, para tomar nuestras propias decisiones. La información es lo que nos permite tomar decisiones con verdadera libertad. Pongamos un ejemplo. Imaginemos que como población mundial decidimos incrementar la utilización del petróleo para vivir mejor. Imaginemos también que dicho incremento en su utilización supone un suicidio para toda nuestra especie. Si desconocemos ésta última información no estaremos decidiendo en libertad, puesto que ninguna especie decide voluntariamente su propia aniquilación. Por lo tanto, es imprescindible exigir información veráz para saber sobre qué estamos decidiendo, o nuestra capacidad de decisión se convertirá en algo tan inútil como nuestra propia ignorancia. En cuanto a esto, señalemos que en este momento esxisten problemas grandes para nuestra especie, y que si queremos solucionarlos necesitamos información respecto a esos problemas, no sobre la literatura del siglo de oro o sobre el cine del siglo pasado. Se trata de priorizar lo que podría salvarnos sobre lo que podría ser, simplemente, interesante.
Si observamos el funcionamiento de los diferentes sistemas educativos nos daremos cuenta en seguida de que además de los conocimientos técnicos de los que hemos hablado, nadie necesita saber nada realmente importante. De hecho, se encargan mediante los diferentes planes educativos de que no sepamos nada. Conozco gente con tres carreras total y absolutamente incapaz, gente que no podría hilvanar el razonamiento más sencillo. Para aprobar una carrera necesitas aprender una secuencia de letras, y nada más, con ello lograrás una matrícula de honor. Pero si os fijáis, ni tan siquiera necesitas saber qué significa esa secuencia de letras y de palabras. Nadie va a comprobar que las comprendas, porque realmente interesa que no lo hagas, de modo que incluso quienes opositan para jueces reciben broncas en las academias, que les ayudan a preparar las oposiciones al preguntar por el significado de lo que estudian: "no te pares con eso, tú apréndetelo, luego ya indagarás lo que quieras, no tenemos tiempo". Por supuesto no estoy insinuando que los profesores de universidades y academias formen parte de una conspiración conscientemente para mantenernos en la ignorancia. Sencillamente ellos son los primeros ignorantes que aceptan los planes de estudio tal como les vienen dados y, en unas aulas masificadas, tampoco pueden constatar que cada alumno ha aprendido realmente nada. Incrementan su carga de trabajo para que simplemente les sea imposible evaluar de otra manera (eso los que han pensado alguna vez en esto). Un juez, un historiador, un psicólogo, etc, no necesita saber nada acerca de la disciplina que realmente ha estudiado. Yo mismo lo he comprobado en la universidad. Nadie les preguntará qué significan las palabras que han escrito en el exámen, y los que nos interesábamos por ello aparentemente perdíamos el tiempo, ya que realmente eso no nos ayudaría a aprobar y era tiempo que restábamos de nuestro ocio, de nuestras fiestas universitarias. Es cierto. Imaginaros un tipo que físicamente no lo aparenta pero que sufre un problema mental que le impide utilizar la razón por completo, pero que tenga la capacidad de memorizar secuencias de símbolos. Ese tipo lo aprobaría todo, o casi todo.
Si vamos más allá y nos fijamos en las características intelectuales que se fomenta en institutos y universidades, llegaremos a la misma conclusión: sólo la memoria. De todas las características de la inteligencia humana, en los centros educativos sólo se fomenta aquella que tiene un ordenador, que nunca podrá ser humano a pesar de ello. O cualquier archivo de papel. Podría consultarse lo que no recordemos, ese es un aspecto de la inteligencia que puede hasta cierto punto suplirse o apoyarse. Pero, ¿Qué otras cualidades intelectuales podría suplir un ordenador? ¿Podría suplir la lógica, el razonamiento, el pensamiento crítico, la capacidad de ponderar la importancia de las cosas y priorizar, establecer relaciones entre hechos, hacer una metáfora...? Se nos exige tristemente aquello que hasta un aparato puede hacer, pero no se nos exige aquello de lo que sólo los seres humanos somos capaces. Es evidentemente peligroso que pensemos y lo deseable es que seamos instrumentos utilizables, que nuestros conocimientos técnicos y nuestra memoria sean aplicados allí donde otros decidan, quienes piensan por nosotros y nos manipulan mediante ofertas laborales más o menos suculentas. Estamos programados y cualquier forma de pensamiento crítico discrepante es silenciada, incluso en campos tan técnicos como la medicina.  

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